Ficción y realidad, documental y ficción, ficción y no ficción, registro y representación, verdad y mentira. No parece haber consenso en los términos adecuados para referirse a la aparente escisión que delimitaría al cine en ficción y documento. A lo largo de la historia, se ha instaurado la convicción popular de que existe un cine de ficción construido a partir de la imaginación de un creador, y otro cine fundamentado en la captura de una realidad determinada. Todavía después de un cine de la modernidad, que mediante movimientos nacionales y nuevas olas cinematográficas proponía imbricar los conceptos de documental y ficción, el modelo que propugna la diferenciación del cine en dos mitades ha seguido imperando.