El objetivo del presente trabajo es retomar la teorización que realiza Piaget de la percepción, enfocándonos fundamentalmente en las críticas que hace el autor ginebrino a la Psicología de la Gestalt en su conceptualización de la percepción, con la cual discute la existencia de estructuras de conocimiento a prior, porque consideramos que dichas criticas tienen una profunda vigencia en ciertos debates actuales de la psicología general y de la psicología del desarrollo. Hablar de la percepción desde la óptica de Piaget, requiere primero analizar en qué marco se inscribe dicha concepción de este proceso psicológico básico. No es posible entender a la percepción si no tenemos en cuenta a que interrogantes responde la psicología genética, como una psicología que se pregunta fundamentalmente por el conocimiento, o más exactamente por la adquisición del conocimiento. De hecho si atendemos a la definición de percepción propuesta por el psicólogo ginebrino, rápidamente descubrimos que la define como: “el conocimiento que tomamos de los objetos o de sus movimientos, por el contacto directo y actual” (Piaget, 1979:77). No es posible tampoco entender a la percepción sin las relaciones de ésta con la acción o la actividad del sujeto, relación que le permitirá a Piaget diferenciar entre percepción propiamente dicha y actividad perceptiva, estas dos nociones definirán en sentido amplio a la percepción. No se dejara de poner el acento en las denominadas actividades perceptivas, concepto que servirá para pensar como la percepción esta mediada por actos inteligentes. Percepción e inteligencia tendrán similitudes y diferencias desde la óptica del epistemólogo suizo, diferencias irreconciliables que tienen a nuestro entender, profunda vigencia en la psicología actual. En el caso de la teoría de la percepción de Piaget, es interesante preguntarse que subyace de su teoría, para no caer en lo superfluo de la descripción misma.