El repertorio vocal de los niños pertenece, en general, a la música tonal, en la que el discurso se organiza en torno a una determinada estructura métrica basada en una unidad regular de medida. Si dicha unidad es contrastada con un metrónomo se puede identificar la velocidad o tempo con el que un individuo organiza sus ejecuciones. En el ámbito escolar, la interpretación de canciones de diferentes tempi y los juegos corporales con cambios de velocidad, son algunas de las actividades musicales frecuentes.