La investigación de temáticas referidas al potencial humano se ha desarrollado ampliamente en las últimas décadas. Específicamente aquellas que abordan estos aspectos en el estudio de la vejez y del envejecimiento han mostrado hallazgos de gran importancia y han aportado evidencia acerca de diversos aspectos positivos presentes en los adultos mayores. Entre ellos la exploración del capital psíquico (Casullo, 2006) evidenció que las personas de edad poseen elevados niveles en las distintas dimensiones que éste involucra –emocionales, vinculares, cognitivas, cívicas y valores– y que incluso superan a los obtenidos por los adultos jóvenes.