Los yacimientos de hidrocarburos se localizan, en su mayoría, en lugares alejados de los centros de consumo o de las industrias de procesamiento (destilerías), por tanto el petróleo y sus derivados se transportan mediante embarcaciones de gran tonelaje. Casi el 50% de la flota mundial, que navega a través de las vías marítimas y fluviales, está compuesta por barcos cisternas (tanqueros) que trasladan miles de millones de metros cúbicos de hidrocarburos. Durante las operaciones de carga y descarga en los puertos de embarque suceden frecuentemente accidentes con grandes derrames de petróleo. A ésto se suman otros que alcanzan normalmente mayor impacto ambiental y que se producen en mar abierto, debidos a colisión, explosión, fisura de los cascos, hundimiento por encallado y otros accidentes muchos de ellos originados por errores humanos.