El reloj biológico se ha acelerado o retrasado reiteradas veces a lo largo de la historia de los seres vivos. De este modo, se han modificado tanto los tiempos del desarrollo general del cuerpo, como de una estructura en particular, e incluso el tiempo en el que se produce la maduración sexual del organismo. Estos cambios temporales se denominan eventos de heterocronía (del griego, heteros: distinto, chronos: tiempo) y son una piedra angular del proceso evolutivo. Las heterocronías son responsables de la generación de grandes novedades evolutivas, y constituyen uno de los factores responsables en el surgimiento de nuevas especies y novedosas morfologías.