Uno de los temas que provocan más atracción por lo exótico, unción y respeto por su significado y hasta cierto temor por su tratamiento en museos y exposiciones, es el de las momias y cadáveres momificados, producto emergente de factores tan dispares como las elaboradas concepciones religiosas de las altas culturas de la antigüedad y las condiciones de extrema sequedad predominantes de los climas desérticos y semidesérticos. Pero siguiendo a Baines y Málek (1993), deducimos que ambos factores son dispares sólo en lo aparente.