La literatura científica es abundante en documentación respecto de los efectos genéticos sobre las propiedades del grano de maíz. Una de las evidencias más notables son los experimentos de selección recurrente a largo plazo iniciados en Illinois en 1896 sobre la población Burr´s White y que se prolonga hasta nuestros días. Se trata de un programa de selección divergente para porcentajes de proteína y de aceite en el grano. Las respuestas observadas para ambos caracteres excedieron veinte desvíos estándares la media original de la población en el sentido positivo y cuatro en el sentido negativo. Estos valores extremos alcanzados no han sido posibles de duplicar mediante mutagénesis ni por transgénesis. Debe destacarse el nivel de mantenimiento de variabilidad genética, que posibilitó respuestas “en reversa” y “doble reversa” aún después de transcurridos muchos ciclos de selección (Dudley, 2007).
El endosperma es el principal reservorio de almidones, proteínas y pigmentos, y el embrión de lípidos. Según Liu (2008), durante el desarrollo de la semilla se expresan cerca de 5000 genes, un tercio de los cuales no tiene aún función conocida. Los análisis de expresión génica permitieron demostrar que diferentes grupos de genes difieren en sus patrones temporales de expresión.