El estilo arquitectónico sin ser único y puro, es sin embargo adecuado al objeto, lo mismo que la decoración a la que he tratado de dar un carácter americano arcaico que no desdice con las líneas griegas...”. Las palabras de Moreno ratifican la ubicación estilística del edificio del Museo en el contexto neoclásico, particularmente dentro de su vertiente neogriega. Esa corriente dominaba la arquitectura museística europea durante la primera mitad del siglo XIX.