Los animales han fascinado a los seres humanos desde los albores mismos de la civilización. Amados, temidos, codiciados, odiados, ellos nos acompañan en nuestros mitos, rituales y narraciones. Durante la Edad Media, cada especie animal tenía un lugar y una función en el cosmos. Los bestiarios medievales resumían las características más relevantes de los animales, tanto reales como fantásticos. Con el advenimiento de la zoología moderna, fuimos perdiendo la perspectiva antropocéntrica y muchas criaturas que otrora poblaban los bestiarios comenzaron a desaparecer de nuestro mundo. Serpientes marinas, dragones y sirenas, entre otros, pasaron así a ser temas exclusivos de la literatura fantástica.