La industria cultural. Ilustración como engaño de masas fue, en un principio, elaborado sólo por Adorno, quien ha realizado dentro del Instituto de Frankfurt sus mayores esfuerzos intelectuales por desarrollar una teoría sociológica. Años más tarde Adorno y Horkheimer realizaran una corrección en conjunto que dará lugar al texto que hoy nos proponemos recorrer.
La frase que hemos elegido para volcarnos al artículo es contundente. Los frankfurtianos exclaman con ímpetu “La industria se adapta a los deseos por ella misma suscitados”. Esta frase es una invitación, una invitación directa a pensar una circularidad de consumo: la industria cultural produce para sujetos ociosos que quieren saciar sus deseos. Pero estos deseos han sido previamente producidos por la misma industria cultural. El sujeto está encerrado. ¿Cuál es el medio para poder salir de la circularidad de la producción? No lo sabemos porque no nos encontramos con formula alguna. Ahora bien, ¿cuál es el medio para que el sujeto continúe en esta circularidad de consumo? La publicidad. La publicidad mediática: las radios, propio del boom de la época en la que los autores escriben. Las publicidades que tienen grandes similitudes con la propaganda nazi: repetir y actuar. Repetir el deseo, actuar consumiendo.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)