La “dirección de la cura” no es solamente el testimonio de una época de Lacan, aquella del retorno a Freud -no para repetirlo o venerar su imagen-, sino para recuperar lo inquietante de su letra, tampoco es únicamente el testimonio de unos debates, entre cuestiones técnicas y principios éticos, sino que trasciende como concepto que nos permite orientarnos en el complejo campo en el cual lo social demanda que los sujetos sean saludables. Concepto que interpela a todo practicante del psicoanálisis en términos de: que se hace en una cura?, porque se hace lo que se hace?, cual es el poder con que cuenta una cura para realizarse? Estas son algunas preguntas a partir de las cuales queremos abrir un debate, en este espacio del Congreso, con aquellas psicoterapias que hoy en día proponen que la adaptación a la realidad es posible mediante la adquisición de una buena gestalt, o la incorporación sistemática de modelos cognitivos, o favoreciendo, conductas mediante, la fluidez de un sistema, dando por supuesto que la realidad es el principio rector al cual deben atenerse las intervenciones psi.