Para el psicoanálisis, la interpretación es ante todo construcción de mitos de las experiencias vividas que requieren una elaboración específica, un trabajo destinado a simbolizar una experiencia. En este sentido la interpretación es una producción originaria, necesaria y esencial del ser que habla, de algo que, de no pasar por un proceso tal, puede hacer daño al sujeto. Y ese proceso es esencialmente inconsciente, o más propiamente, es la función por excelencia del inconsciente, si bien se expresa en la conciencia. Se trata de una elaboración simbólica de elementos imaginarios y reales relativos a una realidad específica.