Este trabajo intenta acercarnos a la noción de la construcción de la identidad en dos textos bien disímiles: la novela de Mempo GiardinelliLuli, una gatita de ciudad, y el cuento Lo que nunca se supo del gato con botas de Adela Basch. En ambos textos se plantea la búsqueda de la propia identidad a través de la figura esquiva y misteriosa del gato.
En el primer caso, la novela de Giardinelli planteará un recorrido geográfico en la dicotomía campo-ciudad como periplo aventurero de una protagonista que “se busca” en el camino.
En el segundo caso, la identidad está, aparentemente encontrada y asentada, pero se podrá comprobar con la lectura que las cosas no son lo que parecen. El punto de contacto o disparador de ambas búsquedas será el aburrimiento de los protagonistas.
En el mundo de los niños, el aburrimiento siempre propone un vacío, y, paradójicamente este vacío abismal en apariencia, conlleva la apertura de juegos que inauguran portales de mundos mágicos y desconocidos, entre los cuales están los juegos de identidad: “Y dale que yo soy…” no es una frase ajena a la imaginación infantil. Por otra parte, cualquier adulto que aún se recuerde niño será capaz de reconocerla. Hay adultos que aún juegan este juego: Mempo Giardinelli y Adela Basch parecen ser dos de ellos, como veremos en estas obras.
Ambos textos instauran diversas miradas acerca de la búsqueda de la identidad personal partiendo del mismo disparador. Sería necesario, pues, hacer un poco de historia sobre los protagonistas: los gatos.