Inspirada en el Pasaje Lanín de la ciudad porteña de Barracas, Una cuadra (Averbach; 2009) recibió el Premio Biblioteca Nacional de Novela en el año 2008. Tal como resume la contratapa del libro, “la novela narra la trama de relaciones que se constituye entre un grupo de vecinos en torno a un proyecto estético y urbano que tiene como objetivo alterar la fisonomía de una cuadra a partir de la realización de murales en los hogares de los vecinos.
Son once las casas que se distribuyen en la cuadra, la cual se encuentra delimitada por una tensión entre dos polos desiguales: por un lado, el ruido de los autos de la esquina que provienen de la avenida, la cual señala el ingreso “al mundo” y, por otro lado, el universo cerrado de las once casas, representado por el paredón de una fábrica abandonada” (Áverbach; 2009).
Desde el inicio de la historia se efectúa un desdoblamiento del punto de vista a partir del cual se construye el relato de la historia.