Como es bien sabido, Aristóteles señala que todo arte del hacer o poiesis es mímesis de aquello que de alguna manera se encuentra en la realidad de la vida humana. Pero ¿qué sucede con la zona de frontera en la que lo real se vuelve difuso, divergente? La literatura argentina para niños ha dado múltiples y diversas respuestas a este interrogante, ocupándose muy especialmente de conquistar ese intersticio de lo que excede, de lo que desborda de lo real, legible e imaginable; y siempre lo ha hecho recurriendo al poder potenciador de la palabra, una palabra que se muestra rebelde a los cánones establecidos por la fuerza de la tradición. Una poética pujante que sin duda lleva la irreverencia como procedimiento en tanto esencia de su obra es la de Oche Califa.
El autor explora un abanico genérico amplísimo (coplas, sonetos, décimas, milongas, epitafios, proverbios, tangos, tragicomedias, adivinanzas, bromas, fábulas, refranes, cuentos) enriquecido por los sinsentidos y paradojas, las preguntas sin respuestas, los sueños, las estructuras circulares e, incluso, consignas de escritura. Aristas todas que esconden secretos y desafíos para el lector porque hacen eco de los dichos foucaultianos en su forma de interpretar y responder qué es la literatura o en qué reside la literaturidad.
Ya desde el pseudónimo se anticipa la naturaleza de la voz autoral: este se inscribe en un universo lexical que se asocia con las particularidades de la variedad española rioplatense, ya que recurre al sonoro “che”, tan distintivo del sentir nacional, estableciendo un juego con el vocativo (“¡Oh, Che!”, o el más informal “Che, Califa”) y asociaciones que el mismo autor se encarga de explicitar desde su literatura. Al tango titulado “Anochece”, se añade una nota al pie del escritor quien aclara con una fuerte primera persona: “Casi todos los tangos ocurren durante la noche. Van a ver que es así en los que siguen. Me gusta el tango y me gusta la noche. Tendría que escribir una poesía dedicada a la noche. La noche, por Oche” (Oche Califa: 2012: 86). La exploración y explotación de notas al pie construyen un universo discursivo paralelo y simultáneo que complejiza y completa los significados que se ponen en juego.
En consecuencia, en este trabajo se intentará reconstruir esa voz-otra que irrumpe en la aparente linealidad del discurso: es una voz que crece reivindicando el uso de los recursos paratextuales, que interpela al lector y lo invita a conocer otro modo de abordaje posible.