Lacan realiza el último viraje en su enseñanza, a partir de revisar el concepto de goce femenino. Lo generaliza como el régimen del “goce como tal”. Así lo señala Miller (Inédito). El “goce como tal” es el goce no edípico, concebido en tanto sustraído, fuera de la maquinaria del Edipo, es el goce reducido al acontecimiento de cuerpo.
Lacan avanza en su teorización sobre el goce femenino y aísla una fracción de goce que es insimbolizable, indecible, que guarda afinidades con el infinito. El concepto que nos proponemos desarrollar es el de “gozoausencia” como otro goce del no-todo, y que consideramos está en sintonía con lo indecible y lo insimbolizable.