Este trabajo se desarrolla en el marco de intentar realizar una síntesis teórico-practica sobre el tema entrevista.
He de aclarar que he iniciado junto a otras profesionales un proyecto que implica la atención de casos específicamente sobre violencia familiar lo que me llevó a ponerme a estudiar sobre esta temática. Cuando inicié esta tarea terapéutica con Laura, mi tarea central era la de la docencia, por ello no pensaba iniciar ningún proceso terapéutico hasta que ella habló de su abuso sexual infantil. Hechas estas aclaraciones avanzo en afirmar el propósito de esta narración del caso para luego poner en debate un tema que me pareció interesante: EL ENCUADRE.
Definiendo encuadre como el espacio y el tiempo y expectativas mutuas, podemos afirmar que el encuadre es el continente, el marco, el espacio de contención y seguridad en donde se desarrollará un proceso en el cual el movimiento es sostenido por dichos acuerdos- Esta es una definición que intenta sintetizar lo que he entendido luego de años de estudiar en la escuela de psicología social de Pichon Riviere, años de práctica educativa y finalmente a través de lo aprendido en el curso del Prof. Topf.
“Espacio, tiempo y vínculo acotado. Reconocerse como diferente del otro, alguien capaz de un intercambio psíquico con el otro....descansar en que el otro lo va a cuidar” plantea Topf.
Esta perspectiva vincular, donde se incluyen dos sujetos, que intercambian, que desarrollan procesos de comunicación y aprendizaje, humaniza la práctica clínica, y permite que el padecimiento del otro sea reconocido desde la integración y no desde la estigmatización. Los límites que marca el encuadre no pueden ser límites que reproduzcan la alienación propia de los marcos dispuestos en los ámbitos sociales de nuestro sistema, sino límites facilitadores de dicha comunicación en el marco de la tarea que entiendo en este caso es lograr una comprensión del padecer psíquico del entrevistado.
El marco conceptual con que miremos la entrevista va a marcar el encuadre. Claramente los autores con perspectivas más dogmáticas establecerán un encuadre más ajustado a los lineamientos que dicha teoría supone. Tal como algunos psicoanalistas ortodoxos, no sólo han intentado reproducir en su consultorio un ambiente de la pequeña burguesía europea de principios del siglo XX (con cuadros, alfombras, etc) sino inclusive reproducir aspectos de estilo de vestimenta y aditamentos como los de Freud.
Edgardo Rolla hace una descripción bien clara sobre los diferentes espacios que son parte del encuadre que puede tener el entrevistador que realiza una entrevista clínica, aclarando que es una situación de campo en la que se conjugan múltiples variables, sea cual fuere el contexto.