La historia reciente de nuestro país esta marcada por vertiginosos cambios que van configurando y resignificando nuestra realidad social, política y económica. Intentaremos describir sintéticamente estos cambios para dar un marco a las reflexiones en relación a la subjetividad y el trabajo, dado que es nuestra convicción de que la subjetividad esta social e históricamente determinada.
Desde el año 2001 en nuestro país, con la devaluación cambiaria, el modelo económico cambió, existe un modelo productivo que se apoya en el dólar alto. Si bien este modelo ha permitido una recuperación de la economía Argentina, sigue sosteniéndose en la transferencia de ingresos del trabajo al capital.
Lo que este nuevo modelo genera es empleo informal y precario. No garantiza que él que trabaja no sea pobre ya que muchos trabajadores tienen ingresos por debajo del nivel de pobreza y otros, habiendo superado ese umbral se encuentran en una zona de vulnerabilidad, donde no son pobres pero cualquier cambio los puede llevar a dicha condición La alineación consiste fundamentalmente en el “despojo y extrañamiento que se produce entre el individuo y su medio social, la ruptura y separación respecto de sus obras, lo cual reifica las relaciones humanas, las relaciones con las cosas y las relaciones consigo mismo.” Para el presente estudio se utilizó una encuesta semi-estructurada que se aplicó de forma aleatoria a 62 trabajadores del hospital en cuestión, y 80 encuestas a trabajadores de la fábrica Volkswagen en la ciudad de Córdoba.
La alienación en el caso de los trabajadores del hospital se refleja en que expresan sentirse explotados y tener un nivel de vida regular, pero afirmar que están bien pagados o tener un ritmo excesivo de trabajo, e intentar incrementar sus ingresos con otra ocupación. En este caso el trabajo aparece en condiciones que lo asemejan a un acto de subsistencia, vender parte de sí mismo para seguir viviendo. La percepción de explotación ligada a la necesidad de buscar o tener otra ocupación da lugar a la falta de tiempo libre que es una manifestación de la alienación.
En cuanto a la empresa de Volkswagen la situación es distinta. No solo no observamos malestar en este grupo sino que hay un importante porcentaje de respuestas que afirman una conformidad con las condiciones de trabajo: con la tarea (87.9%), con la relación trabajo salario (51%). Este grupo no siente ser explotado (79,5%), ni que el trabajo es excesivo. El 69,8% considera que el ritmo de trabajo es adecuado.
La vida cotidiana parece estar estructurada en base a: trabajar, para ganar dinero, para consumir. Esto toma sentido si pensamos que el discurso capitalista identifica al sujeto con la figura del consumidor. El sujeto alienado no encuentra malestar en este modelo siempre y cuando tenga la posibilidad de insertarse en la trama social como consumidor.
En ambas situaciones se deja de pensar al trabajo como una fuerza transformadora de la naturaleza para ser solo un objeto de cambio que le permite al trabajador/consumidor participar de los círculos establecidos de consumo.