La narración de crímenes en la prensa de masas y las pantallas parece constituir una versión contemporánea del magnetismo según Edgar Allan Poe. La estetización mediática (ya no la información) de una serie reciente de feminicidios permite reconocer una cierta lógica de lo sublime como clave de la producción de noticias-mercancías. En su variante clásica, la ficción policial funciona como una matriz ideológica decisiva de la enunciación periodística.