En los términos en que fuera originalmente definida por Sifneos, Nemiah y col. (1976) la alexitimia es un constructo multifacético que comprende a) la dificultad para diferenciar los sentimientos y distinguirlos de las sensaciones corporales b) la dificultad para comunicar y describir los propios sentimientos a otras personas, c) una vida de fantasía empobrecida y d) un estilo cognitivo orientado a intereses en el mundo externo.
Inicialmente se conceptualizó la alexitimia como característica de las enfermedades psicosomáticas (asma, úlcera, colitis, hipertensión, artritis, eccema, hipertiroidismo, trastornos de la alimentación, patologías oncológicas, colagenopatías, nuevas patologías autoinmunes, la psoriasis, etcétera) sin embargo recientemente (Taylor, Bagby y Parker ,1997) la definen como “un desorden de la regulación de los afectos”, que se encuentra en muchos cuadros de difícil tratamiento como las psicopatías, las adicciones y la vulnerabilidad crónica o traumática al estrés.
Existen teorizaciones neurológicas, psicodinámicas y culturales para explicar la alexitimia. Se han desarrollado, también, numerosos instrumentos de medición de la alexitimia. En 1990 se adaptó en Argentina (Casullo y Wiater) uno de los instrumentos de evaluación de mayor mérito psicométrico: la Alexithymia Toronto Scale (TAS26). En nuestro proyecto de investigación (1997-1999, Sistema de Incentivos, UNLP) investigamos la confiabilidad y validez de la adaptación argentina, la validez de su puntaje total y de sus factores y las variables que afectan la evaluación de la alexitimia. En el nivel internacional el constructo alexitimia y su evaluación han seguido concitando el máximo interés. Se diseñó la versión TAS-20 (1994) con aun mayor confiabilidad y se ha probado su validez factorial en 18 diferentes lenguas y culturas. Los hallazgos afirman la propiedad del uso de la TAS-20 en investigaciones transculturales y postulan a la alexitimia como un rasgo universal que trasciende las diferencias culturales (2003).