Estas reflexiones sobre la obra del escritor e ilustrador británico Anthony Browne son el resultado del trabajo desarrollado en el Espacio de la Práctica (1.er año) y en el Taller de literatura infantil (3.er año) del Profesorado de Educación Inicial del ISFD N.° 51 (Pilar, Buenos Aires). En nuestros encuentros con las alumnas, era recurrente el desconocimiento no solo acerca de autores y títulos de la literatura infantil, sino también acerca de la complejidad del discurso literario, de esta literatura en particular y de las estrategias a través de las cuales esta contribuye en la construcción de la experiencia lectora.
Expresiones como ¨librito¨, ¨dibujos¨, ¨historia sencilla¨ son términos de circulación frecuente en las primeras clases, así como también la idea de que la literatura adecuada para niños del nivel inicial es aquella que por su simpleza resultaría accesible (¨fácil¨) a niños pequeños. En la concepción de literatura que proponemos, se trata de pensar al discurso literario como aquel que desafía al lector, que brinda oportunidades para progresar en su experiencia y lo conquista por medio de claves que abren las primeras lecturas a muchas más, a textos e imágenes que en cada lectura se enriquecen en diálogo con la subjetividad, pero también con la experiencia lectora de los niños, cualquiera sea su edad o su nivel de escolarización (Colomer, 2005).