El propósito del presente trabajo es atreverse a lo que el narrador de Proust no podía: volver a leer un libro que uno adoró en su infancia, pero con ojos de adulto. No sólo es retomar lo que alguna vez embelesó y colmó la imaginación de mundos alternativos, sino agregarle la mirada que ha cambiado no sólo con la edad, sino con tantas otras lecturas, y realizar una 'lectura literaria' del mismo al sumarle conocimientos teóricos y metodológicos.
Ante la consigna planteada en el Seminario de buscar “textos que se alejan de ciertas representaciones cristalizadas de lo que es ser niño para proponer mundos imaginarios que apelan al lector desde la problematización del discurso literario” (Blake y Sardi, 2009), no surgió ninguna duda de que Marizul sueña que sueña que sueña era el libro ideal para volver a leer, analizar y rescatar del olvido.
Teniendo siempre presente el contexto en donde surgió esta obra, la abordaremos desde el punto de vista de la metaficción, ya que saltan a la vista en ella mecanismos que se incluyen en esta teoría y han sido utilizados aquí de manera 'intuitiva' y magistral.