El presente trabajo está atravesado por dos flechas que lastiman nuestros pareceres, la primera obedece a la triste discusión sobre la importancia de la literatura juvenil y la segunda a la representación identitaria de ser un joven.
Por eso he elegido Otroso de Graciela Montes, porque conjuga ambas flechas y las anula, ante la sapiencia de aquellos que desprestigian la literatura infanto-juvenil plantea problemáticas que van más allá de lo que supuestamente nos da la literatura canónicamente aceptada, y, además se incluye en este nuevo mundo de los jóvenes que como dice Urresti, están esperando respuestas y no preguntas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)