El agua es un elemento natural del ambiente, que por tener la aptitud de satisfacer necesidades humanas y brindar beneficios al hombre, es un recurso natural. Como tal, es utilizado como insumo en un sinnúmero de actividades, lo que demanda un modelo de gestión sistémica e integrada, que propenda al uso y aprovechamiento racional y sustentable del recurso. El uso de los cursos de agua para la generación de energía mediante la construcción de obras hidroelécticas si bien representa un uso no consuntivo del recurso, por alteraciones ambientales que se generan tanto en la etapa de construcción como en la de operación, al proyectarse deberán ser evaluados los impactos ambientales transfronerizos y la eventual incidencia que la modificación del régimen de las aguas pueda generar en el uso agrario.