Sabemos que uno de los objetivos del movimiento cooperativo es tratar de acercar a los jóvenes a este ámbito para reafirmar la práctica del asociativismo como un sistema de vida posible y real. Como educador, puedo ver en la escuela secundaria actual un potencial semillero de futuros cooperativistas que aun no ha sido cubierto por el ideal del movimiento.
No tenemos dudas de que el cooperativismo tiene la capacidad de construir y transformar la vida de las personas y su entorno.
En nuestro país necesitamos mas que nunca jóvenes capaces de analizar la realidad, comprenderla y transformarla, necesitamos ciudadanos que aprendan y emprendan. La escuela secundaria debe para ello tener en clara su misión: "ser formadora de ciudadanía" y para ello requiere de que sus docentes se capaciten en la definición de su rol: "guiar permanentemente a sus alumnos en la toma de eficientes y eficaces decisiones". Deben actuar como motivadores, guías y acompañantes de sus alumnos.
Estoy convencido que con entusiasmo, capacitación y orientación se puede generar en ellos la capacidad de enseñarles a los alumnos a crear, conducir y gestionar una empresa cooperativa desde el aula, transmitiendo los valores y principios de estas organizaciones.
La escuela secundaria es el espacio ideal para desarrollar competencias y habilidades necesarias para llevar adelante estas ideas.