Se viene insistiendo en que los microcréditos son una herramienta especialmente útil a las mujeres, para superar sus dificultades en acceder al crédito y por su efecto empoderador. Pero también es objeto de críticas por quienes consideran que «transfieren la responsabilidad de la pobreza a las propias personas empobrecidas, especialmente a las mujeres [...]. Sirve de excusa a los Estados para desviar la Ayuda al Desarrollo hacia la concesión de créditos y no a atender a las necesidades básicas y a los proyectos transformadores [… y]. Provoca un endeudamiento permanente y creciente».
En nuestro trabajo hemos aplicado la perspectiva de género para intentar explicar porqué las mujeres son prestatarias mayoritarias de las instituciones microfinancieras y cómo éstas pueden incidir, o no, en su eventual empoderamiento. Hemos señalado cómo las entidades de la economía social estan presentes en las microfinanzas desde antes de su propia formulación teórica; y aquellas de sus características que las hacen potencialmente idoneas para ello y para promover la igualdad de mujeres y hombres. Finalmente, hemos esbozado algunos aspectos que entendemos deberían abordarse, por las instituciones microfinacieras y por las administraciones públicas, a fin de potenciar el empoderamiento de las mujeres.