La formulación de la teoría del magnetismo en la ciudad, nos propone nuevas reflexiones a propósito de su concepción en el campo de la arquitectura, entendiendo la complejidad del hecho arquitectónico y las innumerables variables que participan en su definición. Por esta razón se estudia un aspecto muy concreto.
¿Cómo un paradigma (la teoría del magnetismo), puede interpretar e intervenir y/o modificar, o no a la arquitectura? Esta teoría buscará identificar y percibir la ciudad, basándose en puntos identificables de la física que nos conduzcan a la elaboración de un nuevo lenguaje arquitectónico.
“El mundo es magnético, el sol es magnético, el universo es magnético, lo es desde las gigantescas nebulosas lejanas hasta las partículas elementales. Miríadas de campos magnéticos de diferente origen atraviesan al Hombre. El Hombre también es un imán: las corrientes biológicas del cuerpo engendran en derredor un fantástico dibujo pulsativo de líneas de fuerza magnéticas. La Tierra en la que vivimos es un gigantesco imán azul. El Sol -la esfera amarilla de plasma- es un imán mayor aun. Las galaxias y las nebulosas, apenas visibles con radiotelescopios, son imanes de dimensiones inconcebibles.” V.P. Kartsev (1974).