Al mundo de la gastronomía profesional, la de los restaurantes y cocineros, se puede acceder con estudio, dedicación y trabajo. La vertiente común y domiciliaria, la de los aficionados, se puede aprender escuchando, anotando, y ensayando las recetas eternas de los cocineros de nuestras familias. Ésta es la inigualable cocina popular, una parte de la cultura heredada y transmitida por generaciones.
Sólo un poco del arte coquinario en su totalidad, he podido percibir en los libros, programas de televisión y publicaciones específicas. Quizá la práctica y el estudio en las escuelas y academias gastronómicas, sea la forma de completar el sabio ejercicio y conocimiento de la artística orfebrería alimentaria.
Estas páginas fueron escritas para quienes ya cocinan o quieren aprender algunos conocimientos asociados con el comer y el cocinar. También para quienes gustan sentarse a una mesa bien tendida, con los invitados para compartir una comida especial, charlar sobre cosas agradables, y sentirse alegre y agasajado. Es decir para quienes disfrutan del placer de una buena mesa en buena compañía.