La puesta en explotación a través de tecnologías no convencionales del Yacimiento Vaca Muerta en el cuadrante noreste de la Provincia de Neuquén, permitiría que la Argentina pase al 4º lugar en cuanto a reservas de petróleo y al 3º en cuanto a reservas de gas, a nivel mundial.
Pero el futuro de la explotación presenta una serie de incertidumbres; en especial, el precio del petróleo, en el mercado internacional.
Asimismo, enfrenta restricciones significativas, entre las que se destacan dos de orden socio-territorial: la infraestructura de conectividad y la infraestructura urbana necesaria para absorber el desarrollo de las actividades y un crecimiento poblacional que prácticamente duplicará el quantum poblacional.
Siendo indudable que se producirán transformaciones significativas en la estructura territorial, tanto a nivel de centros urbanos como de redes de vinculación, puede asumirse dos posicionamientos: o nos dejamos dominar por las incertidumbres y permitimos que la propia dinámica vaya resolviendo las necesidades que se presenten (con resultados que nunca han concurrido al equilibro socio-territorial), o asumimos el territorio como un locus proyectual respecto al cual debemos elaborar cuidadosas estimaciones prospectivas y, consecuentemente, diseñar estrategias de desarrollo a monitorear y ajustar según el real desenvolvimiento de la explotación hidrocarburífera.