Los interrogantes planteados en el curso de la obra freudiana concernientes a la naturaleza, estructura y función de la fobia se han mantenido en el campo del Psicoanálisis hasta la actualidad. Recordemos que su inclusión en el marco de las neurosis como forma autónoma fue la más tardía, después de un período en el que Freud fluctuaba en incluirla dentro de las neurosis actuales, las obsesiones y la histeria. Se trataba de establecer el mecanismo específico que presidía la formación del síntoma, de especial importancia en la medida en que la noción de defensa resultaba fundamental como condición para la implementación del método analítico. Ejemplo de estas vacilaciones, que afectan incluso su misma denominación, la encontramos en el relato del caso Emma, el que Freud presenta dentro de la Segunda parte del Proyecto de una Psicología para neurólogos (1995). Se trata del abordaje de lo que Freud denomina “compulsión histérica”, cuya génesis logra establecer.