Nos hemos propuesto interrogar la especificidad de la psicología social poniendo en relación dos dimensiones esenciales, la disciplinar y la profesional, lo cual implica ligar un abordaje epistemológico, la especificidad disciplinar, con otro de índole ontológico, acerca de formas de prácticas, es decir, del contacto de aquél con el ejercicio profesional. Especificidad, entonces, epistem-ontológica. Partimos del supuesto de que es posible identificar un campo específico de la psicología social inscripto en un planteo universal; formular su especificidad en el campo mayor de las ciencias sociales y situarla en el ámbito superior que es la ciencia. Nuestro concepto de especificidad concierne a la relación entre el todo y la parte, o en otros términos, entre lo universal (la ciencia, las ciencias sociales y humanas) y lo particular (psicología social), y retoma las concepciones de Hegel, Marx y Lacan de una articulación paradójica, contradictoria y antinómica de lo universal y lo particular, situándose la especificidad en lo singular: en lo que queda por fuera de ese inevitable desencuentro entre lo universal y lo particular. La especificidad concierne, pues, al todo, la parte… y lo que no funciona, lo que queda por fuera, el resto. En ello consiste nuestro problema de investigación, y el objetivo principal trazado es develar y caracterizar la especificidad de la psicología social. En tanto objetivo particular, nos hemos propuesto contrastar con material empírico bibliográfico la hipótesis de la existencia de dos concepciones psicosociales dominantes en la historia de la disciplina-profesión, reduccionistas, una de índole psicologista y la otra sociologista, y, por lo tanto, ambas negadoras de la especificidad en psicología social.