El presente trabajo forma parte del Proyecto de Investigación “Espacio Público en el Gran Resistencia. Proyecto y Diseño Urbano” PI SGCYT UNNE 12 C004-12 con la dirección de la Dra. Arq. Laura Alcalá.
La ciudad de Resistencia recibe su nombre de la épica fundacional hacia finales del SXIX cuando se realiza su trazado en 1875, siendo una fundación republicana que traía una concepción urbana ligada a modelos higienistas europeos y americanos, que impuso una cuadrícula que organizó ortogonalmente al territorio. Este proceso de ocupación se funda en la confluencia de los factores ideológicos que movilizaba la argentina decimonónica, sustentada por un lado en la base del liberalismo y la modernización y por otro en el interés geopolítico económico que movilizaba el progreso del país.
Esta concurrencia de factores pone de manifiesto en su trazado, en su acción sobre el territorio, que caracterizará su paisaje, urbano y natural, su ocupación, su imagen y sus formas. La abstracción que supone la cuadrícula que no tiene en cuenta el territorio, la topografía ni el comportamiento hídrico fue lo caracterizó su desarrollo posterior en conflicto aun sin resolver con el territorio de asiento caracterizado por ser un suelo aluvional llano con lagunas y ríos. La ciudad fue fundada lo más cerca posible del río Paraná (a 5Km) en el interfluvio del río Negro y riacho Arazá. Estos ríos, como todos los característicos de llanuras conforman innumerables meandros, algunos de los cuales como resultado de los procesos de sedimentación y cambio de curso, conformaron paleo cauces y lagunas del mismo origen (AGUIRRE MADARIAGA, 2007). De las 91 lagunas originales hoy quedan 29, lo que muestra el avance y la extensión de las calles del trazado original para permitir la expansión urbana. Este crecimiento acentuó el alejamiento con el paisaje natural donde se asentó la ciudad, las lagunas son huecos en la trama, en su mayoría inaccesibles a pesar de una tendencia estatal por ir recuperando estos espacio, sin embargo el paisaje llano y la invisibilidad de estos espacios hacen que no formen parte del imaginario urbano para los habitantes de la ciudad.
La propuesta es sumar a la red de bicisendas que se está diseñando desde el PI en el que participo una serie de postas desde donde aprender a entender y mirar el paisaje propio para comenzar a valorarlo.