El matrimonio y la familia son instituciones que motivan un debate permanente en nuestras sociedades. Este es alimentado por enfoques de lo más diversos, que van desde las opiniones vulgares basadas en la experiencia, las tradiciones y las creencias, hasta las afirmaciones más rigurosas procedentes de las investigaciones académicas. Las razones del interés parecen ser universalmente compartidas. En principio, las relaciones entre varones y mujeres, y las uniones más o menos prolongadas entre ellos -el matrimonio y la familia, cualquiera sea su tipología, forma, tamaño, roles de sus miembros- han garantizado, y continúan haciéndolo, la reproducción de la especie. Para que dicha reproducción fuera exitosa siempre ha sido necesario ocuparse por largo tiempo del cuidado de la cría, de la descendencia, tarea que no ha sido ni fácil ni solitaria, y para ello se ha requerido de alguna forma de asociación.