La elección de la problemática detectada se debe a que su análisis permite poner en tensión el rol docente que ocupo en el Bachillerato de Bellas Artes. Esto significa que sólo a través de la reflexión es posible acercar la mirada hacia las prácticas. Así que, desde ese lugar, pensé al preceptor/a como un sujeto permanentemente atravesado por las instituciones, formador y en constante interrelación con otros sujetos de derecho (directivos, docentes, alumnos). También, pensé en cómo el cambio epocal afectó a las instituciones modernas, entre ellas, la escuela; y en cómo el Bachillerato cambió a partir del nuevo Proyecto Institucional y sobre todo después de la creación del Nuevo Edificio Noche de los Lápices. Entonces me pregunté por qué me sentía como un mediador dinámico y multidimensional en mis prácticas de preceptor/a. Y, al aproximarme a la experiencia, descubrí que en el Bachillerato conviven las nuevas formas de hacer la escuela con las formas tradicionales de hacerla, y que ellas funcionan simultáneamente; y en esa confluencia se desarrolla la práctica profesional de los/as preceptores/as en los contextos escolares. Esta tensión que se produce entre las dos es la que da forma al sistema educativo que habitamos semiótica y discursivamente, del que se desprenden las prácticas pedagógicas individuales y colectivas del preceptor/a en el Bachillerato de Bellas Artes; y la que da origen a la problemática planteada.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)