La experiencia se inicia en 2012, con la conformación de un grupo de Cambio Rural y la integración de nueve de sus miembros al Programa de Renovación de Viejos Yerbales del INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate) en 2013. Este programa promueve la implantación de una hectárea de yerba mate (Ilex paraguariensis) en dos años, con plantas provenientes del mejoramiento genético del INTA EEA Cerro Azul, y aporta los insumos y la asistencia técnica necesarios hasta la implantación definitiva, al quinto año. En una de las chacras la implantación se realizó en una parcela cuyo cultivo antecesor había sido Té (Camelia sinensis) y que al iniciar a experiencia era capuera (etapa inicial de la sucesión vegetal de la selva paranaense). La intención del productor y del técnico era realizar la plantación de manera diferente a la tradicional, evitando el rozado con fuego, conservando parte de los árboles nativos presentes y sus renovales, de manera de iniciarla con un manejo agroforestal, con varios estratos.