Bajo el tema propuesto abordaremos en qué consiste el paradigma del “hombre máquina”, paradigma que puede extraerse de la concepción que sostienen las terapias cognitivo-comportamentales y de las Neurociencias, haciendo la salvedad que no existe necesariamente una superposición de ambos campos. Apoyándonos en el argumento sostenido por Eric Laurent en su libro Lost in cognition (Colección Diva, 2005) es posible afirmar que “las TCC no forman parte del programa cognitivo” pues “en el establecimiento del nuevo paradigma de la cognición nunca hay referencia alguna a algo aprendido de la clínica o de una técnica cognitivo-comportamental. En cambio, sería en vano buscar referencias precisas al programa cognitivo en estas técnicas que se consideran cognitivas”.
Por otro lado, partiremos del planteo cartesiano del “hombre máquina”, presente en el Tratado del hombre (1633), donde Descartes define al cuerpo como una máquina reducible en su totalidad a partes extensas que conectan entre sí mediante movimientos. Sin embargo, el hombre no solo es cuerpo sino también alma. El cuerpo-máquina se conecta entonces con el alma, localizada para Descartes en la glándula pineal del cerebro, y a su vez el alma está unida conjuntamente a todo el cuerpo por medio de “conectores”, portadores de movimientos.