El propósito de este trabajo es compartir algunas reflexiones acerca de las posibilidades y desafíos que comporta el uso de la imagen visual como evidencia empírica en el proceso de investigación social. Si bien como sostiene Peter Burke, las imágenes permiten imaginar lo pasado de un modo más vivo, su uso como documento histórico plantea en la práctica la necesidad de definir una serie de criterios, estrategias y procedimientos para su análisis que no se corresponden necesariamente con las del registro escrito. Proponemos, por lo tanto, poner en discusión e intercambiar perspectivas sobre esta cuestión presentando dos ejes posibles de interés:por una parte, la cuestión dela utilización de la imagen visual como fuente documental (como testimonio y registro visual del pasado) y por otra,los problemas que su incorporación en el análisis histórico, social y cultural conlleva (las posibilidades abiertas, los alcances y las limitaciones para el conocimiento del objeto delimitado). En base a estos lineamientos, buscaré finalmente explicitar con ejemplos de mi propio trabajo de investigación las decisiones de organización elaboradas para el tratamiento de un corpus documental múltiple de textos e imágenes.