Los terrenos húmedos poco se adaptan para el cultivo, las labores son difíciles, las sementeras más tardías, la vegetación de las plantas ménos rápida, y se hace en defectuosas condiciones, debido á la falta de aire y al exceso de agua; lo que á menudo produce la putrefacción de las semillas ó de las raíces, cuando han llegado á germinar. En todo tiempo se ha reconocido que los terrenos bajos, con frecuencia cubiertos por las aguas en invierno, deben ser protegidos por zanjas de desagüe ó canalizaciones subterráneas. Los Romanos conocían el drenage, y tal vez lo encontraron practicado por pueblos más antiguos.