Este trabajo intenta visibilizar los conocimientos que los agricultores tienen sobre el territorio en el cual están establecidos, las diferencias que encuentran en sus suelos, a través de referentes de identificación y calidad que construyen en la experiencia cotidiana y en la medida que relacionan diferentes componentes de los agroecosistemas. Se presenta la primera etapa de esta experiencia, realizada entre los meses de diciembre del año 2014 y marzo de 2015, con el apoyo de agricultores pertenecientes al mercado agroecológico de Buga, Colombia, que habitan la zona rural del municipio. Los agricultores realizan, generalmente, una clasificación local de tierras y las califican de acuerdo con sus características en tres clases: tierra buena, tierra regular y tierra mala, tomando como base criterios inherentes al suelo en sí, nivel productivo, presencia o ausencia de enfermedades y plagas, entre otros. Con base en estas clasificaciones definen el uso más adecuado para estos suelos, cultivos para los que tienen “vocación”, prácticas agroecológicas o de conservación a realizar.