Aunque variados hayan sido los tipos de estudio, durante el siglo XX la paleoantropología fue gobernada básicamente por dos paradigmas. En la primera mitad, el fraude de Piltdown sirvió de parámetro para dictar qué fósiles podían ser ancestros del hombre. En la segunda mitad, los avances tecnológicos y las nuevas disciplinas fueron orientados a esclarecer antiguos interrogantes: la sistemática y la filogénesis de los homínidos. Los hallazgos y descripciones realizados en los últimos años han ampliado drásticamente el número de especies fósiles produciendo un verdadero cambio en nuestro concepto sobre la relación filogenética de los homínidos fósiles. Tal vez la confirmación que especies de hombre fósil se hallan extinguido sin dejar descendencia sea el punto mas sobresaliente de esta nueva concepción. Sin embargo, el cambio fundamental en la paleoantropología no proviene de una sistemática mas compleja, sino de una nueva búsqueda que trata de establecer cómo se produjo la evolución. En los últimos diez años, nuevos tipos de estudio han ido ocupando un rol cada vez mas importante definiendo un nuevo paradigma. El Evolutionary Development (Evo-Devo) y la Evolutionary Biology (Evo-Bio) aportan una nueva mirada al estudio de los homínidos y a su evolución. Poniendo el acento en los procesos biológicos y en el desarrollo, conducen irremediablemente a une redefinición total del objeto de estudio. El interés por determinar la life-history de las especies actuales considerando su modificación como un proceso evolutivo (probables heterocronías) hace que estos campos de estudio aporten una visión dinámica de la evolución de los homínidos.