En español
Jacques Lacan recurre al escritor irlandés James Joyce en el curso del Seminario 23: El sinthome (1975-76, 2006), seminario que forma parte de una elaboración teórica inscripta en lo que se llama su última enseñanza del psicoanálisis (1971-1980). El encuentro con Joyce implica, según dice Lacan, un desvío respecto de su proyecto inicial de avanzar en la formalización topológica de la experiencia analítica. En este sentido, el encuentro con la obra de Joyce y la crítica joyceana, haciéndole lugar a ese desvío, en el cual Lacan asume una herencia freudiana, tiene consecuencias teóricas y clínicas de gran alcance y constituye actualmente un campo de investigación en el marco de la orientación lacaniana (Schejtman, 2007, 2013). En este ensayo se tratará de delinear las razones por las cuales el encuentro entre el psicoanalista y el escritor se vuelve necesario para beneficio del primero. Esto quiere decir que el recurso a Joyce es para Lacan un paso singular para hacer avanzar la conceptualización del psicoanálisis, en particular al formular el concepto de síntoma que adquiere un valor diferencial respecto del período anterior del trayecto teórico entre 1953 y 1971 (Arenas, 2010, Miller, 2013). El síntoma en el período final de su enseñanza no será solamente una formación del inconsciente sino que se presenta en una dimensión llamada síntoma goce, estableciéndose progresivamente la oposición síntoma /inconsciente en una perspectiva que valoriza la noción de goce sobre el concepto de inconsciente (Lacan, 2006).
En inglés
Jacques Lacan draws on the work of the Irish writer James Joyce in the XXIII Book of The Seminar: Le Sinthome (1975-1976), a series of lectures that are part of what is called the last period of his teaching of psychoanalysis. The invocation of Joyce does not involve, according to Lacan, a detour from his original project of advancing in the topological formalization of the analytical experience. This essay purports to outline the reasons for which this theoretical meeting between the psychoanalyst and the writer becomes necessary ―and beneficial― for the former.