Los Andes Orientales de Colombia tienen una secuencia de poblamiento de más de 10.000 años, según los yacimientos precerámicos (10.000-3000 a.P.) excavados en Tequendama, Sueva, Galindo, Nemocón, Checua y Aguazuque, que están acompañados de restos óseos humanos, además de Tibitó y El Abra. El Formativo (800 a.C. a 800 d. C.) está representado por sitios funerarios como Madrid, Duitama y Arboloco. Sobre las comunidades indígenas que encontraron los españoles en el siglo XVI existen evidencias óseas de muiscas de Bogotá, Tunja, Sogamoso, además de guanes, laches y chitareros. En fin, con más de 600 individuos de los períodos precerámico, formativo y agroalfarero tardío, existe la posibilidad de un análisis osteológico que de cuenta de la variación en el tiempo y el espacio, de las principales características físicas, el problema de la etnogénesis, la alimentación, salud y estrategias demográficas. Además de contrastar la información de Colombia con el ámbito Sudamericano y abordar la problemática del poblamiento temprano de América. Se discuten los modelos migracionista, microevolutivo e integracionista sobre el poblamiento de América, además de los orígenes de algunas enfermedades infecciosas como la treponematosis y tuberculosis. Las lesiones dentales se discuten en el ámbito del tiempo, espacio, sexo y edad. Finalmente, se aborda la problemática de las estrategias adaptativas que emplearon las comunidades prehispánicas en el contexto de la ecología humana, su calidad de vida y el papel de los sacrificios humanos en las regulaciones demográficas. Se plantea el poblamiento de los Andes Orientales en dos oleadas, una por el norte por la cuenca del río Sogamoso-Chicamocha, dando origen a la diversidad nororiental, y otra por el sur, por la cuenca del río Bogotá, que configuró la diversidad suroccidental.