En los últimos años, el país ha asistido a una serie de movimientos y planteos de los distintos gremios docentes en favor de la actualización e incremento de las remuneraciones de maestros y profesores de todos los niveles y esferas de la educación. El hecho merece un análisis sereno que toque no sólo los planos superficiales, sino los más profundos implícitos y explícitos en dichos planteos. Reflexión que, a esta altura de los acontecimientos, no puede estar ausente en un órgano universitario encargado de difundir y de suscitar ideas en el ámbito del pensamiento y de la acción pedagógicas.
Reclamar un nivel económico que asegure una vida más digna y un ejercicio más holgado de una determinada profesión o actividad, es un derecho reconocido a todo hombre, cualquiera sea el lugar elegido para prestar la cuota de servicio social que a cada uno corresponde. Este principio general no tiene por qué carecer de validez en el sector docente cuyo trabajo constituye un engranaje fundamental en el desenvolvimiento de la sociedad.