En la práctica cotidiana los alumnos, tanto regulares como principiantes, deportistas y no deportistas, toman la clase para estirarse y, en líneas generales, para sentirse bien, porque les gusta, para mejorar su performance o porque los deriva otro profesional.
A través del tiempo, ya sea corto, mediano o largo plazo, se notan las mejorías en y por el alumno pero no existía registro alguno de la flexibilidad.
En este sentido, se vio la clara necesidad de evaluar a los alumnos para analizar sus ROM de acuerdo a la edad y sexo, sirviendo como aporte para proyectar a futuro los objetivos grupales y personales adecuados.