En su propósito de no solo entretener sino de advertir sobre las diversas circunstancias y la inexorable ley de causa-consecuencia a las que pueden verse sometidos los destinos humanos, desde tiempos inmemoriales los cuentos de hadas han tratado temas inquietantes; entre otros, el adulterio, la violación, el incesto, eventualmente utilizando detalles macabros y un estilo por momentos terrorífico.
Con la popularización de este modo narrativo tomó forma la demanda por un cambio en su naturaleza desapareciendo así los matices más oscuros para dar paso a un corpus con ribetes adecuadamente inofensivos. En este contexto, en lo que respecta a Blancanieves, la madre biológica fue reemplazada por una madrastra disminuyendo así, significativamente, la intensidad del impacto con que los lazos de sangre potenciaban el dramatismo del conflicto.