Frecuentemente los alumnos de los Profesorados de Nivel Inicial y Nivel Primario consultan cómo mediar el encuentro entre los libros y los niños porque en las prácticas se encuentran con diversos modos de dar de leer un libro de Literatura. Entonces aparecen preguntas frecuentes, como: ¿leemos igual un libro álbum y uno ilustrado? ¿Leemos siempre mostrando las ilustraciones en simultáneo? Si a los chicos no les leemos el texto mostrándoles las imágenes, ¿no se aburren? ¿Es posible que muestren interés en la lectura si no ven los dibujos en simultáneo? ¿Leemos con el libro para nosotros mismos y a medida que pasamos las dobles páginas lo volteamos para que los alumnos observen las ilustraciones? ¿Leemos sin girar el libro en ningún momento y mostramos las imágenes al final de la lectura? Ante estos interrogantes resulta imperioso entonces repasar cuál es la naturaleza de cada uno de los libros que tenemos en nuestras manos y, en consecuencia, cuáles son sus “exigencias” a la hora de leerlos en voz alta para otros.