Este artículo recupera dos propuestas de investigación vinculadas con jóvenes, las cuales se abordan desde los conceptos de comunicación y participación. Se trata de prácticas educativas en sentido amplio, una relacionada con la escuela y otra con un programa focalizado de carácter no escolar. El análisis pasa por rastrear en estas propuestas puntos en común y divergencias, recuperando las posibilidades de los jóvenes de constituirse en protagonistas de procesos de participación social a través de ellas. Se hace énfasis, entonces, en el potencial de ciertas prácticas educomunicativas de producir inscripción social juvenil o generar sentidos compartidos para leer el mundo (tal como se entiende la comunicación). La participación a través de estas propuestas puede constituirse igualmente en vehículo para la emancipación o en un ejercicio de reproducción de las desigualdades, de acuerdo con las perspectivas desde las que se interpreten su enunciación y cómo esto se traduzca en prácticas.