En la siguiente comunicación analizaré ciertos alcances favorables que se advierten en el modelo de democracia deliberativa propuesto por Seyla Benhabib (2006) si se toman en consideración ciertas críticas que suelen acusarse a modelos deliberativos de la democracia. Allí, la filósofa presenta un modelo de razón pública que brinda elementos teóricos oportunos para enfrentarnos a discusiones ríspidas que suelen conducir a los diversos sectores de la sociedad a callejones sin salida. Veremos cómo particularmente estos elementos pueden pensarse a propósito del caso de la investigación en embriones humanos. Al hacernos la pregunta rawlsiana acerca de cómo es posible que convivan cooperativamente ciudadanos con distintas doctrinas comprehensivas, entendemos necesario emprender la empresa que busque un modelo deliberativo en el que se establezca algún “rango de razonabilidad” sobre las demandas y el tipo de razones al que pueden apelar las cosmovisiones antagónicas que se involucran en la discusión.