La participación del estudiante Walter Benjamin en el Jugendkulturbewegung, el movimiento juvenil liderado por el pedagogo y reformador Gustav Wyneken constituye un aspecto poco estudiado de su vida y su producción, sobre el que recayó también cierta censura por parte de sus comentadores. Aquel compromiso fue desestimado como un producto de una efusividad inmadura, de un pathos juvenil y considerado con recelo a causa de sus resabios elitistas e idealistas y,si bien Benjamin formaba parte del ala izquierda del movimiento, la que rechazaba toda forma de instrumentalización o subordinación a partidos políticos, la cercanía de algunos cuadros del movimiento juvenil con grupos que luego integrarían la juventud hitleriana contribuyó a la marginación de los escritos benjaminianos de ese período. El corpus benjaminiano de este período fue relegado así a un lugar anodino y sus textos reducidos a canteras de las que se extraen motivos y figuras que constituirían meras prefiguraciones de formulaciones de madurez y cuya adecuada legibilidad sólo se lograría bajo la luz arrojada por su obra posterior.